Caracas, 28 de octubre de 2016
“Si ustedes dicen que no habrá diálogo sin revocatorio, pues no habrá ni lo uno ni lo otro, ni este año ni en 2017”. Con estas palabras el Primer Vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, anunció no sólo una posición firme de las fuerzas del chavismo, sino su capacidad premonitoria; adelantándose a lo que ocurriría un mes después de dicho pronunciamiento, el 20 de octubre. No estamos para juzgar las cualidades políticas del ciudadano, pero ha de impresionar su afilado don profético, que puede adelantarse y aseverar la decisión de un Poder Público (Poder Electoral), acatando el pronunciamiento de otro (Poder Judicial), siendo ambos completamente autónomos e independientes. Es decir, con alguien como Cabello, las fuerzas opositoras carecen de posibilidades en el terreno político, salvo que se busquen su propio Nostradamus; sea este un Jeremías, Isaías, Zacarías o –incluso- el ídolo pop del momento: Reinaldo Dos Santos.
A los emisarios del clero les recomiendo visitar Choroní –al menos para justificar el viaje-, aquí ya manifestamos que diálogo no habrá; puesto somos tan sensatos que preferimos matarnos antes que sentarnos a negociar.
Posiblemente, el dirigente rojo, concluye de esta forma por las irregularidades que tuvo el proceso de recolección del 2%, en donde le pidieron hasta a Urano que recolectara firmas, ya que hasta desde el cielo llegaron.
Personalmente, no creo en la efectividad del revocatorio, lo he dicho antes. Considero que, grosso modo, más que una figura que alimente y fortalezca a la democracia, nos sumerge en una perpetua fiesta electoral y promociona la inestabilidad republicana. Pese a esto, existe el infamado artículo 72 de la Carta Magna que expresa claramente: “Transcurrida la mitad del período para el cual fue elegido el funcionario o funcionaria, -se- (…) podrá solicitar la convocatoria de un referendo para revocar su mandato”.
Simpaticemos o no con dicho artículo, su clara escritura no da cabida para otra interpretación. Y la comunicación del Consejo Nacional Electoral de suspender la segunda etapa del proceso, es decir, la recolección del 20%, revela su abandono como mediador legitimado, concluye el primer conflicto entre poderes y da inicio a la batalla final.
¿Cómo llegamos a esto?
Primero. La hybris del chavismo (y la falta de autocrítica) los sesgó, al punto de llevarse la sorpresa del 6D; perdiendo un Poder Público tan importante como lo es la Asamblea Nacional.
Segundo. Cuando se cuenta con una mayoría cohesionada, el Poder Legislativo puede ser tan poderoso como el Ejecutivo. De hecho, la única forma en que se puede Gobernar un país con el Congreso en contra, sería por medio de acuerdos y negociaciones políticas. El Gobierno, reacio a esta idea, se ha encargado de sabotear cualquier actuación del Legislativo.
Tercero. La oposición, en su frenesí de poder (que no degustaba desde hace 16 años), empezó con una vendetta que nada bueno trajo y nada bueno traerá. Se constituyó una guerra de poderes que prefieren ver arder al país, antes de llegar a un pacto político de convivencia ante una coyuntura clara y preocupante.
Cuarto. Este choque de poderes culminó con la primera parte de esta guerra fratricida. El chavismo sale victorioso cuando logra, por medio de la legalidad, suspender el revocatorio.
Entonces, la Asamblea derrotada, cambia el discurso y convoca una sesión extraordinaria para definir su nueva ofensiva. El discurso pasa a ser más agresivo, ahora se asegura que no existe el orden constitucional. Se hace un llamado a la comunidad internacional para que intercedan en nuestros asuntos internos. Se le pide a las Fuerzas Armadas actuar. Es decir, ante un estado de crisis institucional, ya no hacen falta las mascaretas: se llama al golpe con nombre y apellido.
Por su parte, las fuerzas del chavismo no se quedaron atrás. El comienzo de la ofensiva roja se da en manos del General Tito Georgius Rodríguez y su implacable asedio al hemiciclo, demostrando que, al igual que el discurso de la AN, los rojos están listos para librar la Batalla Final.
Nelson Totesaut Rangel
@NelsonTRangel
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