Caracas, 13 de enero de 2017
Dicen que un economista es aquel capaz de predecir un futuro y, a los 6 meses, explicar porque no se cumplió. Ante estos dotes proféticos el futuro pasa a ser, incluso, más incierto.
¿Qué se proyecta para el 2017?
Considero que un analista político juega el mismo papel de profeta fallido. Ya que sus predicciones se darán considerando múltiples variables, que pueden no darse. Público no tendrá, aquel individuo que argumente que el escenario A se dará ceteris paribus las constantes X, Y y Z se mantengan, puesto tenemos una tradición ideológica, en donde simpatizamos sólo con el discurso simplificado y depurado. Y sí, sabemos “que un pueblo ignorante es instrumento ciego de su propia destrucción”, cosa que repetimos sin preocuparnos por prestarle verdadera atención al mensaje.
En fin, luego de estas turbulencias decembrinas, las cuales agruparon las condiciones más asimétricas posibles, se pudo observar lo siguiente. Primero, la aún persistente intención del gobierno nacional de soltar a su perro rabioso (SUNDDE) en momentos clave. Esto sin importar el negativo impacto económico real que pueda tener en un país, ya en crisis. Segundo, las vacaciones tomadas por la oposición. Teniendo en cuenta que “el que se cansa pierde”, y de no tomarse un descansito, se corre el riesgo de cansarse ergo de perder. Tercero, la infinita capacidad de adaptación del venezolano. En este escenario apocalíptico, (en donde existe una carrera feroz entre la inflación y la depreciación de la moneda) pareciera que la indiferencia reina, gracias a Dios por la estabilidad republicana.
Así cerró nuestro 2016, en medio de contradicciones de país, de su gente y de su clase dirigente. Sin dejar por fuera el milagro del billete de Bs.100, quien dejó a Jesús en pañales, puesto el primero resucitó dos veces. Cabe ahora preguntarse: ¿será este 2017 igual de turbulento que el precedente año? ¿Aquella “recuperación económica” en verdad ocurrirá? O ¿la tendencia crítica seguirá asechándonos y causando estragos en una sociedad que se encuentra diezmada en su capacidad adquisitiva?
Por ende ¿qué se proyecta para el 2017? Veo dos escenarios para una posible recuperación de la economía. El primero, sería liberalizando un poco la misma. Eliminando subsidios, deshaciéndose de empresas ociosas, levantando barreras arancelarias, teniendo acercamientos con los empresarios, disminuyendo controles, desmantelando la SUNDDE, entre otras cosas. La segunda, una subida brusca en los precios del petróleo. Sin embargo, para los que vimos el desenvolvimiento del rubro durante el año pasado, sabremos que es bastante difícil que esto se produzca. Es decir, cuando el Presidente pregona “el milagro económico” literalmente se aferra a la intervención divina, puesto el precio del petróleo sube y baja dependiendo de la oferta y la demanda, pareciendo que la providencia juega en nuestra contra, ya que tenemos una China e India en recensión, un panorama relativamente estable en medio oriente y nuevas formas de extracción, posicionando a los EEUU como primer productor mundial –cerca de 12MM de barriles x día-, dejando a nosotros (los desafortunados) con mayor competencia y menor mercado.
Otra preocupante realidad de inestabilidad, es que el 2017 abre con un nuevo Presidente en los Estados Unidos y, aparentemente, en Venezuela con ninguno, ya que la Asamblea Nacional empezó el año en esteroides destituyendo al máximo Jefe de Estado bajo unos pretextos bastante peculiares. Por su parte, el Primer mandatario (o ex mandatario, dependiendo de a que teoría de aferres) venezolano lidera conversaciones con empresarios para ver, si de una buena vez, el país termina de arrancar.
A la larga, lo que siempre debemos de recordar es que en política nada está resuelto y las situaciones pueden cambiar bruscamente. Así que nada nos sorprenda que la AN juramente a un Julio Borges de Presidente (de Venezuela) y entremos a un cisma similar al de Avignon; total, el 2017 promete muchas cosas y aburrimiento no será una.
Nelson Totesaut Rangel
@NelsonTRangel
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