Caracas, 9 de abril de 2017
Era evidente, de hecho tardó en llegar, que una respuesta adversa a un artículo que pretenda ser un poco crítico a una realidad susceptible, como lo es el feminismo, sería todo menos amable.
Así fue, en artículo para Efecto Cocuyo se dio réplica (de cierta forma, agresiva) a un artículo mío para El Universal, titulado: Feminismo Amplified. Antes que nada debo agregar que (al igual que las mujeres son sensibles a estos temas) siendo hombre –y no estando adverso a los derechos de las mujeres-, me conmuevo ante actos evidentes en nombre del feminismo. Sin ganas de estimular discusión, procedo a dar consideraciones finales sobre el fondo:
En dicha respuesta se me acusa de haber empleado plena doxa, embelleciendo mi escrito con un pseudo epísteme que dista mucho de serlo. Pues, fe de erratas. Disculpen mi estilo de escritura y mi exageración del lenguaje. Lo hermoso –y problemático, a su vez- de la democracia es que uno puede escribir sus ideas sin obligar a lo demás a que las lean. Es por ello que, con la misma libertad que uno escribe, los lectores podrán decidir si leerte, o no.
Otro argumento que debo de excusar es sobre mi desconocimiento de un 19 de noviembre (día del hombre). Pues, teniendo toda mi vida viviendo en Venezuela, estoy bastante seguro de que aquí no lo celebramos; es decir, con temor a equivocarme, aquí no ha de ser oficial.
Ejemplos históricos sobran sobre reivindicaciones de minorías que terminan excediéndose en sus pretensiones.
Por otro lado, también se me acusa (con el mismo tono agresivo) de falta de pruebas en mis argumentos y de tildar los mismos con decorativas comillas que encierran ideas vacías no sustentadas de base necesaria. Nuevamente, mea maxima culpa, pero en derecho probatorio existe lo que se conoce como “hecho notorio”, los cuales son hechos que no necesitan de prueba alguna. Es decir, un acontecimiento público (reseñado en prensa) no requiere prueba para ser acreditado. ¿Las noticias no lo son?
También se me pregunta, en su carácter más personal, si conozco casos de abusos colectivos de mujeres hacia hombres. Pues sí los conozco. El problema es, y debo agregar, que la misma concepción machista impide que el hombre denuncie sus atropellos por temor al escarnio de la sociedad. ¿El hombre puede ser violado? Según nuestra sociedad no. En esto ha fallado el feminismo, pues no ha querido desmontar el machismo sino, más bien, enaltecer su corriente para posicionarla por encima de la otra. ¿La idea no sería acabar con las perversiones de ambas? ¿Brindar fuerza a los débiles es lo correcto? ¿O debilitar a los fuertes? Esto dependerá de la concepción de poder que se tenga; en lo personal, creo en una paridad minimalista, que sea reduciendo atropellos y no generando condiciones que incrementen los mismos, bajo otro pretexto.
En el mismo orden de ideas, la respetable autora (quien me acusa de falta de pruebas, cuando ella se remite, de manera exclusiva, a unas cifras de la OMS sobre la violencia doméstica) alega que el feminismo no ha iniciado guerras en su nombre, siendo su movimiento completamente pacífico. Es verdad, al igual que en nuestra historia contemporánea tampoco conozco una masacre en nombre del género machista. Como si ha existido, en cambio, contra negros, homosexuales y judíos.
En fin, respeto la posición de la autora más que la de cualquier otra persona. Me parece que sus ideas (envueltas en cianuro) son constructivas en su fondo. Pese a que parezca una reacción radical ante un tema que la mueve, estoy seguro de que su intención es el de concientizar a los demás sobre las luchas necesarias que las mujeres aún necesitan.
¿Mi intención? Alertar las exageraciones. Ejemplos históricos sobran sobre reivindicaciones de minorías que terminan excediéndose en sus pretensiones. Ya que los movimientos son puros sólo en la idea y requieren de voces disidentes que los alerten para que no pierdan su verdadero cauce.
Y déjeme agregarle, por si acaso se malinterpretó, que nadie más que yo aboga por el éxito de aquellas personas que nosotros, los hombres, estamos inevitablemente condenados a amar.
@NelsonTRangel
ntotesaut@sincuento.com