Caracas, 27 de mayo de 2018
En junio se celebrará en Tesalónica, Grecia, la XVI Conferencia Europea de Ingeniería de Terremotos. En ella, la Universidad de Roma Tre y la Universidad de Bristol (Inglaterra) presentarán un estudio sobre el motivo por el cual la icónica Torre de Pisa (Italia) sigue en pie después de ocho siglos de construcción. Teniendo en cuenta de que el piso Toscano es altamente sísmico, sobre todo debido a que en la península italiana confluyen dos placas tectónicas diferentes: la africana y la euroasiática.
La torre, que parece sacada de Ripley, inició a construirse en el siglo XII. Inmediatamente después sufrió los estragos de un fuerte terremoto que la dejó torcida. De hecho, a lo largo de su existencia, ha sufrido de cuatro grandes sismos, y allí sigue; intacta como el primer día. Ante esto, el equipo de ingenieros que elaboraron el estudio a presentar, concluyen que la razón de esto es la “interacción dinámica entre el suelo y la estructura” o DSSI, por sus siglas en inglés. En otras palabras, el viejo misterio que había desconcertado a millones, fue todo menos enigmático: la torre no se cae debido a sí misma y al suelo sobre el cual está construida.
El Profesor de la Universidad de Bristol, George Mylonaki, agrega que “el mismo suelo que causó la inclinación de la torre y la llevó al borde del colapso, puede decirse ahora que le ha ayudado a superar los episodios sísmicos”. Es decir, el mismo suelo que la torció, la mantiene erguida. Ante esto cabe preguntarse: ¿no es esta la causalidad que tienen todos los actos humanos? Al menos sí que lo es desde el punto de vista de la teoría del Estado; cuando consideramos al suelo como la sociedad, y a la torre como el gobierno sobre ella.
En Venezuela nos quejamos de tener un gobierno chueco. De hecho, más aún, nos quejamos de siempre haber tenido un gobierno así. La diversidad política no es excusa para la triste realidad que existe sobre el nulo consenso poblacional por darle una aprobación positiva a algún mandatario. Cada país tiene sus iconos, sobre los cuales recae una suerte de aprobación general por su buena gestión de vida. El problema es que los nuestros murieron hace algunos siglos, y su obra reposa en el panteón y en el imaginario de lo grande que quizá alguna vez nos hicieron ser.
Evidentemente la torre no se mantiene firme solo por aquellos que ignoraron el llamado al voto.
Después de esto, nuestro suelo se ha encargado de levantar torres chuecas. Reconocemos su desviación, ya que es demasiado evidente como para ignorarse. Pero solemos caer en la misma pregunta centenaria que rondó el misterio pisano: ¿por qué siguen en pie? Obviando la respuesta más evidente de todas, simplemente por no querer aceptar nuestra responsabilidad como sociedad. Puesto que ya dijimos que el suelo somos nosotros, la sociedad. Y si ella no cambia nuestras torres seguirán resistentes a toda exterioridad. Sin importar cuanto sismo ocurra, ya que nosotros hacemos que la resonancia de los movimientos se amortigüe, ayudándola a permanecer en pie.
Para muestra tenemos la reacción que surgió con los resultados de los últimos comicios electorales. Si bien fue mixta, se reflejó un gran descontento poblacional, que busca quitarse responsabilidad ante lo ocurrido. La mayoría, desesperanzada y desligada de la realidad, ignoraró su papel en las elecciones, creyendo que en nada incidiría el mismo. De esta manera, no se dan cuenta de que la sociedad toda -compleja como ella es- se encarga de mantener en pie una torre chueca, que es el gobierno.
Evidentemente la torre no se mantiene firme solo por aquellos que ignoraron el llamado al voto. Los millones que acudieron a él, también forman parte de ese mismo suelo blando que evita que los terremotos se den. Porque, al fin y al cabo, y pese a lo que muchos quieran creer, la sociedad es una sola, y los cambios integrales se generarán cuando ella actúe conjuntamente. O, al menos, cuando la mayoría lo piense hacer.
Ya que, como concluye la investigación, si bien la torre no está libre de colapso, el estudio nos muestra que mientras los cimientos sean idóneos, poco importará que tan chueco sea lo que se erige sobre él.
@NelsonTRangel
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