Caracas, 6 de octubre de 2019
El término “gretino” lo leí de la pluma de Massimo Gramellini (Corriere della Sera) y me causó especial simpatía y pertinencia. Con la “c” -“cretino”- es peyorativo, refiriendo a aquellos necios que se aferran a las posturas equivocadas. De igual forma, este nuevo término -con la “g”- hace referencia a aquellos simpatizantes de Greta Thunberg; “necios” en su empresa por salvar al ambiente. Así, al menos, los han querido vender sus adversarios, como si la destrucción del planeta fuese una ficción y los “gretinos” unos paranoicos aferrados a falsos postulados.
El autor hacía uso del término luego de leer un documento elaborado por “especialistas” que negaban que el cambio climático se debiera a la mano del hombre. Según estos, la crisis actual es producto de que el sol es cada vez más caliente. Así, de una manera brillante, el escritor nada convencido se preguntaba: “¿Mientras la casa se quema importa saber si se debió a un cortocircuito o a alguien que lanzó una cerilla?” Ya que el trabajo no niega el problema, sino su causa.
(…) no se trata de pasar veranos en el ártico e inviernos en Hawai, sino de la completa destrucción de nuestro ecosistema que generaría la imposibilidad de la vida humana en el planeta.
La conclusión, entonces, para los más escépticos, es la misma que para los más convencidos: el cambio climático existe. Y, más allá de un “cambio” (palabra no necesariamente negativa) sería pertinente comenzar a llamarle “crisis”, ya que no se trata de pasar veranos en el ártico e inviernos en Hawai, sino de la completa destrucción de nuestro ecosistema que generaría la imposibilidad de la vida humana en el planeta. Suena apocalíptico, porque así lo es.
Gracias a Dios, Gramellini, no es el único “gretino de su país”. La semana pasada vimos como toda Italia se inundó de manifestantes que clamaban por medidas más contundentes por la preservación del planeta. Lo curioso fue tanto la edad como la motivación: “los jóvenes sin partido”, los llamaron algunos medios; “la mejor juventud”, algunos otros. De cualquier forma, se trató de la “Generación Z”, la cual demostró que de superhéroe no lleva solo el nombre.
Estos jóvenes son los que siguen a mi generación -la milénica-, quienes se congregaron libres de ataduras políticas y bajo un simple objetivo: el bien ambiental. ¿Al final cuántos protestaron? No se sabe con certeza. En Milán, aparentemente unos 200.000. En Boloña, 20.000. Y en Palermo, 10.000. Dudo que la suma total italiana llegue al medio millón; cifra que, no obstante, no deja de ser impresionante cuando se vio cómo todas las plazas importantes del país se llenaban de aquellos que nada tienen la culpa, pero que igual deben de pagar el hecho de haber nacido en un mundo en decadencia. Además, la manifestación de la Generación Z fue global. Y en Europa se calcula en 1 millón, aquellos que salieron a protestar.
Sin embargo -y muy lamentablemente-, en Italia también viven muchos cretinos, con la “c”. Un caso reciente es el de Roberto Salvini, diputado de la región Toscana que, si bien no es familiar de sangre de Matteo Salvini, lo es de política, ya que pertenece a su mismo partido: La Lega Nord. Este diputado fue video grabado mientras hacía una propuesta para el incremento del turismo en su hermosa región. La misma que es famosa por el vino, los paisajes y el patrimonio cultural; no en vano, recibe 48 millones de turistas al año. Sin embargo, Salvini, hace una propuesta inusual: “meter a mujeres en vitrinas” para incrementar a los visitantes, como si de un producto de carnicería se tratase. El diputado no estaba jugando, lo que hace pensar que considera a las mujeres como mercancía, y en un mundo que busca cada vez más la igualdad, nos hace recordar que todavía existen políticos que promulgan lo contrario.
El feminismo -como los ambientalistas- puede llegar a ser un movimiento radical. Incluso, muchos se llegan a cuestionar su existencia, creyendo que vivimos en un mundo de balance perfecto. La noticia de Roberto Salvini nos recuerda lo contrario, reafirmándonos que los cretinos siguen por doquier. Y, no sé ustedes, pero yo prefiero a los “gretinos”, una y mil veces. El problema es que los primeros suelen ser quienes nos gobiernan.
@NelsonTRangel
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