Caracas, 10 de mayo de 2020

En estos momentos es difícil desprenderse del virus, y de las consecuencias que nos trae y ha traído. Incluso en las películas o lecturas, parece imposible no hacer analogías constantes con nuestra realidad. Quizá así siempre ocurra, cuando se trata de una situación que nos agobia constantemente. Y es que en momentos inéditos como los actuales, el virus vive, sobre todo, dentro de nuestra cabeza.

 

La actualidad de Seneca

El otro día leyendo a Seneca (Cartas a Lucilio, libro primero, carta siete) encuentro este texto que encontré particularmente vigente: “Me preguntas qué cosa debas especialmente evitar. Te respondo: la multitud (…). La compañía de la multitud es dañina (…). Más son las personas con quien vivimos, mayor es el peligro”. Evidentemente, se trata de un parafraseo de mi parte que solo leía lo que le interesaba leer. Seneca está aconsejando evitar la multitud por los vicios que podemos contraer de ella ya que, según él, “es fácil ceder a los gustos de la mayoría”. Yo, en cambio, veía solo el peligro de la alta contagiosidad de un virus que existirá solo 21 siglos después.

Evidentemente Seneca seguía sus recomendaciones -o al menos eso decía- y si leemos la carta 8 del mismo libro, vemos cómo afirma que se ha “retirado no solo de los hombres -refiriéndose a la gente en general-, sino de las ocupaciones”. Así, se ha dedicado a la filosofía y a la escritura y dice que esa es la vida correcta del hombre culto.

Y es que los profesionales de la salud nos han dicho repetidas veces que el virus cambiará nuestra vida. Al principio, difícil era creerlo; Pero ahora veo que no solo encuentro al covid-19 en la Roma del siglo I d.C., sino que también reacciono con rechazo cada vez que en una película o serie televisiva veo socialización. Ni hablar de cuándo se trata de una multitud, aquellas que Seneca ya tildaba de peligrosas, así sea por motivos distintos.

Incluso los escritores, que han pasado su vida entera desafiando la realidad y estirándola para crear una ficción que venda, pueden ser los mejores oráculos en tiempos como los actuales.

Por último, si no nos convencen los consejos moralistas de Seneca, podemos al menos seguir unos respecto a la salud: “conceder al cuerpo cuanto basta para mantenerlo en buena salud (…) se come y se bebe solo para quitarse el hambre y la sed”. Cosa que en tiempos de cuarentena algunos parecemos olvidar.

La vida después

La gran incógnita que supera “el cuándo” acabará el virus es “el cómo” será nuestra vida post pandemia. Evidentemente teorías hay millones, nos encontramos ante un mar de conjeturas que hacen que se caiga fácilmente en la desinformación. Por ello leo historia y eventos pasados, ya que a veces resulta la mejor forma para proyectarse el futuro.

Incluso los escritores, que han pasado su vida entera desafiando la realidad y estirándola para crear una ficción que venda, pueden ser los mejores oráculos en tiempos como los actuales. Veamos por ejemplo al francés Houellebecq, que esta semana ha enviado una carta a la radio pública francés Inter dando su opinión del mundo post-covid.

La carta es interesante, sobre todo porque defiende una teoría distinta a la común: nada cambiará. Ataca la declaración: “ya nada será como antes” y asegura que, al contrario, todo quedará exactamente igual. Nos recuerda, así, que el desempeño de la pandemia es bastante normal: Francia ha actuado mejor que España e Italia y Alemania mejor que Francia. A esto le agrego: Japón y Corea del Sur dan cátedra en Asia y Suecia en Europa. Quién se impresione de esto, no está al tanto del funcionamiento normal del mundo pre-covid.

Finalmente, es enfático en el hecho que “occidente no es, por la eternidad, por derecho divino, la zona más rica y desarrollada del mundo”. A lo que podríamos agregar el ejemplo de China y a los necios que tienden a hablar de su “surgimiento”, cuando lo más preciso sería decir un “resurgimiento”, ya que el país siempre ha sido, casi inmutablemente, el hegemón más importante a nivel mundial.

Sea como sea, la carta es interesante pero no optimista. Por ello culmina de esta manera: “no nos despertaremos, luego del confinamiento, en un nuevo mundo; será lo mismo, solo un poco peor”.

 

@NelsonTRangel

www.netrangel.com

nelsontrangel@gmail.com