Caracas, 2 de enero de 2022

El año acabó, otro que estuvo signado por la pandemia. Ya van dos navidades con COVID-19 en occidente; o tres, pese a que en 2019 no éramos conscientes de ello. Dos navidades y varias variantes más tarde, el virus sigue siendo la principal preocupación en el mundo. En segundo plano quedó el tema ambiental y la globalización, el virus sigue siendo lo que más angustia. Ya la OPS lo anunció en septiembre del año pasado: “la pandemia ha exacerbado los factores de riesgo asociados a las conductas suicidas”.

El hombre de hoy, que está acostumbrado a una vida acelerada, pensaba que el virus pronto acabaría. Cuando las pandemias suelen durar años, y llevarse de por medio a millones de almas. Las cifras que daremos son oficiales, por lo que hay que considerar que, las reales, sean probablemente 10 veces más. Sin embargo, entre el encubrimiento de algunos gobiernos y la incapacidad de otros en el detectar la enfermedad, es imposible saber con certeza la cifra real.

El COVID-19 ha contagiado a casi 280 millones de personas y ha matado a circa 5 millones y medio. Sigue teniendo una tasa de letalidad del 2%, pese a que su propagación y contagio es altísima. Se ha difundido por todo el planeta, menos ciertos microestados del Pacífico, como Kiribati. De vacunas, tenemos muchas. Todas ya desarrollando una tercera dosis o un “booster” -refuerzo-, para combatir a las variantes. Y de éstas últimas descubrimos cada tanto una nueva. Ya que el virus no quiere dejarse vencer y, cuando parece que estamos a punto de ganar, se reinventa en una nueva forma.

A finales de 2020 Gallup Internacional y Voices! Hicieron una encuesta en donde 4 de 10 personas se mostraban optimistas de cara al 2021, y agregaban lo siguiente: “el 2020 será recordado como el año de la pandemia y la cuarentena”. Pues el 2021 fue similar, pero mejor: la vacunación se hizo universal, lo que permitió que las medidas contra el virus se relajaran un poco. Las cuarentenas han sido recurrentes, pero en menor medida y por menos tiempo. Los viajes se han reactivado y el turismo ha cogido aire, luego de un 2020 fatal para la industria. 

Hay avances, mejorías, lo sabemos como población. Ahora entramos el 2022 con el mismo optimismo del año pasado, viendo en retrospectiva que algo hemos avanzado. 

Nota al pie: Escogiendo la felicidad

De los royal podemos esperar grandes enseñanzas: disciplina protocolar, costumbres, tradiciones centenarias y compostura. Pero no consejos financieros. Recuerdo el mensaje navideño de la Reina Isabel II en donde habla sobre la pobreza. Esto, desde el Palacio de Buckingham, con un piano de oro de fondo. Ella, mujer admirable, podrá ser un símbolo sobre muchas cosas; muchas cosas menos austeridad, puesto nunca se le ha pedido eso.

Pero lo último lo vimos venir de Harry, el ex príncipe rebelde que abandona su cuna real para perseguir el sueño americano. Como si de una película de amor se tratase -y de la mano de su esposa que es actriz- dejan el reinado y se transforman en plebeyos. Es el cuento a la inversa, en donde triunfa el amor, o el dinero. Quién sabe. Pero Harry, que ahora tiene que trabajar, lo hace dando entrevistas y declaraciones. Como toda una celebridad -o, influencer, si se quiere- usa su imagen para opinar sobre temas que, en realidad, puede desconocer. Su último comentario fue: “si el trabajo no te da felicidad, déjalo, y mete en primer plano la felicidad”. 

Durante la entrevista con la revista Fast Company, por fin entendí que aquellos que trabajan de delivery, trabajan en McDonald’s o limpian baños en un hospital, lo hacen por mera vocación y felicidad. Y yo que pensaba que se trataba de supervivencia, necesidad. Y es que la mayoría de las personas trabajan por necesidad. Son pocos, poquísimos, los afortunados -como los ex Duques-, que se dan el tupé de trabajar “porque les gusta y en lo que les gusta”. Los demás, simples plebeyos de cuna, debemos arroparnos hasta donde podamos. Sin posibilidad de escoger entre un trabajo que nos guste y otro que no.

Harry está trabando, ahora como opinador. Le toca dar declaraciones de cómo ve el mundo y por eso cobrar. Es el trabajo que se buscó, abandonando aquel con el que nació. Pocos nacen con un trabajo, y menos aún lo abandonan. Harry escogió su felicidad, bendecido sin duda que tuvo la dicha de hacerlo. Y ahora pregona que sigamos su camino.

@NelsonTRangel

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