Caracas, 9 de enero de 2022

Deportes democráticos

¿Es China una democracia? Para los parámetros occidentales no. ¿Y esto importa para que destaquen en los deportes? Evidentemente tampoco. China, es un gigante del deporte y ejemplos que lo comprueben sobra. En los últimos JJ.OO. de Japón se llevó 88 medallas; 38 siendo de oro. Quedando así de segundo, sólo por detrás de los EE.UU. Y ahora, en un mes, se celebrarán los olímpicos de invierno 2022, en Pekín. Ante esto, Washington ha iniciado el boicot diplomático, por considerar que China no es democrática. ¿Importa? No en mi opinión. Y tampoco en la de George Bush -el supuesto Paladín de la democracia occidental- quien disfrutó de los juegos de 2008, en la misma capital.

Pero Bush no es Biden y el 2008 no es el 2022. Mucho ha pasado, y el progreso de China es temible por las actuales potencias. En 14 años China pasó de ser un país que buscaba figurar como potencia, a ser la segunda potencia mundial. Ahora, y como la maldición de Thucydides reza, el hegemón de turno ha de atacar.

En tiempos de relativa paz, el deporte es la política por otros medios. Y también los concursos de belleza, tal y como sucedió con el Miss Universo de 2021, celebrado en Israel, que también sufrió de un boicot de parte de aquellos que respaldan a Palestina. La muy célebre frase del prusiano Clausewitz cobra un valor extendido, ya que en tiempos modernos, con un derecho internacional más vigilante, todo es la política por otros medios.

Pero a China le importa su imagen y ya aseguró que hay muchos tipos de democracia; siendo el chino, uno más. Ahora, cambiando su discurso a uno mucho más frontal. Ya no es la China de Bush, que buscaba la paz para el crecimiento interno. Una idea que viene desde Mao, quien consideraba la paz y la estabilidad necesaria para avanzar. Al menos eso recogemos de la minuta que tuvo con Nehry en 1954, en donde se ve una visión geopolítica interesante, en torno a la idea de progreso. 

Ahora hablamos de una China reforzada, potenciada. La China del Emperador Jinping, que está dispuesta a ganar la guerra, dentro y fuera de la cancha.

Deportes machistas

El otro día, conversando con un amigo de mentalidad progresista, me decía que el golf es, quizá, uno de los pocos deportes que se le dan mejor a las mujeres. El parte del punto 0, de capacidades biológicas y originarias no desarrolladas. Si tomamos a un hombre y una mujer que nunca han jugado al golf, decía, es probable que la mujer lo haga mejor. Su justificación era la fuerza bruta, enemiga de la disciplina. Comenta que el hombre tiende a buscar pegarle duro a la bola, esto siendo contraproducente en la disciplina. Mientras que la mujer, tiende más hacia la precisión, y no a la fuerza.

La premisa me impresionó, porque los grandes del Golf suelen ser hombres y, porque en nuestro país, ha estado catalogado de esa manera. No es que las mujeres no lo jueguen, pero uno relaciona al Golf como un deporte masculino. Y cabe destacar que los deportes carecen de género, pese a que en Cataluña quieran eliminar las canchas de fútbol de los colegios por considerarlas machistas.

La noticia es real, por más impresionante que parezca. El Departament d’Educació quiere modificar la arquitectura de los colegios con una motivación de inclusión. Otro ejemplo más de que la inclusión, por sí misma es una necesidad; pero que el hombre muchas veces no sabe materializar. 

Pocos son los deportes que no se categorizan automáticamente por género. ¿Quizá el tennis sea uno de ellos? Porque la naturaleza nos ha brindado cualidades distintas a cada género, haciendo que cada quien destaque a su manera. Es por ello que existen equipos masculinos y femeninos en todas las disciplinas, para nivelar la competencia y hacerla más justa. También es cierto que los equipos masculinos suelen estar mejor financiados -para muestra el fútbol- lo que llama a la reflexión en ciertos aspectos. Pero eliminar deportes por creer que promueven la discriminación y el machismo resulta un verdadero absurdo. Groucho Marx tenía la respuesta siempre vigente: “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”.

@NelsonTRangel

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