Caracas, 23 de enero de 2022

Soy de escuchar pocos podcast, pero recomendaré uno: Caso 63. La serie original de Spotify narra un mundo hipotético, ficticio, que la pandemia nos ha hecho imaginar. No quiero arrojar muchos spoilers al respecto, por lo que me limitaré a la mera reseña superficial: un paciente psiquiátrico abre el telón, lo que te hace cuestionar constantemente de cuál locura se trata: si de una mental; que genera un mundo falso dentro de la cabeza de un individuo; o de una locura real colectiva; que hace cuestionarnos constantemente sobre el estado general de las cosas.

El podcast tiene dos temporadas, cada una de 10 episodios. Los episodios son cortos, 15 minutos. Lo que permite devorarla velozmente en una sola sentada; o parada, ya que el podcast es un mecanismo que promueve el multitasking. Con cinco horas de entretenimiento garantizado, es mucho más corta que cualquier serie televisiva actual. Y esta, al menos, viene en un formato novedoso. El mismo que inició como un sustituto a la radio, pero que fue mucho más allá. Es una maravilla de ingenio similar a los libros. Ya que los libros requieren de un solo sentido, la vista, lo que basta para transportar al lector a un estado en el cual emplea los otros cuatro. El podcast es así: requiere sólo de la audición, pero te lleva a imaginar una escena completa e integral.

No sabemos qué nos depara el futuro, pese a que las proyecciones son optimistas. La OMS dijo que este es el año en el cual venceremos a la pandemia del COVID-19. Sea mediante a la inmunización farmacéutica colectiva, o a través de aquella viral. El Omicrón, variante actual, puede que sea el virus autodestruyéndose. Mucho más contagioso (y leve) podría generar un contagio global y simultáneo, lo que acabaría con el mismo. Ojalá así suceda, y que no hayan más mutaciones. Esperemos que el alfabeto griego nos quede grande y el mundo pre virus sea nuestra nueva normalidad.

Normalidad que ya casi no recordamos, y mucho menos en la prensa, que antes reseñaba cosas tan baladí como el ataque de una ardilla, hiriendo a 18 personas. Esta noticia es real, y fue de hace pocos días en Gales. Justicia se hizo y el roedor fue detenido. Este tipo de noticias son impensables en Venezuela, pero no en países con cierto grado de tranquilidad, como Reino Unido. Antes, veíamos con sátira y un menosprecio quizá envidioso este tipo de noticias. Ahora, anhelamos que vuelvan los tiempos aquellos en donde lo propio era lo normal. 

En caso 63 evalúan también el escenario del no virus, esa intención del hombre de poder controlarlo todo, incluso si de cambiar el pasado se trata. Según la hipótesis el mundo no-pandémico -dentro del ejercicio contrafactual- fue aún más caótico, puesto el deterioro ambiental se acentúo y el ambiente sufrió irreparablemente. Y es que sea cual sea el evento de nuestro supuesto fin, el podcast hace énfasis es que el mismo será algo progresivo, y no una explosión caótica que acabará con todo en un instante. Cosa que esperemos evitar en el 2022.

Nota al pie: la voz de la conciencia

¿Cuánto estarías dispuesto a pagar para poder copiarte? La tecnología avanza, y con ella las trampas. Un joven nigeriano pagó 1.800 euros a unos albaneses para copiarse en el examen de manejo. Ese examen teórico es difícil, pero tampoco para sacrificar esa cantidad. Quizá la persona no hablaba italiano y necesitaba de la licencia para trabajar.

Detalles más, detalles menos, copiarse no puede ser la solución. De hecho, pagó caro las consecuencias. No sólo pecuniariamente, con los 1.800 que no recuperará, ni tampoco siendo reprobado del examen y teniéndolo que dejar para otro momento, una vez se cumplan los lapsos establecidos para poder repetirlo. Sino con su propia salud, puesto el engaño consistía en introducirse un pequeño audífono en la oreja, mientras que los demás les dictaban las respuestas. Pues el audífono era tan pequeño y estaba tan profundo que tuvo que ir al hospital para que se lo sacaran. 

La conciencia suele venir representada por aquella voz que te habla en la cabeza. Te dice qué hacer y qué dejar de hacer. Es el sentido de lo correcto, lo que te hace discernir entre el bien y el mal. En este caso, no era su conciencia quien le hablaba, pese a que la voz provenía del mismo sitio. 

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