Caracas, 13 de febrero de 2022

El número de olas de covid-19 se siguen contando, al menos en países desarrollados. Europa va saliendo de la sexta, nosotros seguimos en la primera continuada. O quizá la segunda, para ser justos. Ya que sí llegó un punto en el que se sintió un respiro a las medidas de restricción y se apreció una caída en los casos.

Pero ya Europa se prepara para su tregua, la sexta, y quizá la última. Con el fin del invierno, la vacunación masiva y los altísimos contagios por omicrón, esto pudiese ser el principio del final. Estos son los tres puntos clave, los necesarios para derrotar la pandemia. Es por ello que ciertos países ya implementaron la vacunación obligatoria, al menos de cierta manera.

Primero era reduciendo espacios. En Alemania no tienes que vacunarte, pero es necesario eso o un PCR negativo para entrar a cualquier lugar. En Francia hacen lo mismo, “rompiéndole las bolas” a los ciudadanos hasta lograr la vacunación. Esto último palabras del Presidente Macron, no mías.

En Italia van por el súper Green pass, la evolución del Green pass convencional. Que además caduca y se debe renovar. Y ahora implementaron otra cosa, la multa por no vacunarse. Esto a partir de febrero de este año, que podrán ser hasta 100 euros para aquellos que tienen más de 50 años y no lo han hecho. ¿Es una dictadura sanitaria? Puede ser, pero si esto es lo requerido para vencer al virus, volver a la normalidad y apreciar los problemas del mundo pre pandémico, entonces viviré tranquilo en la misma.

Yo me he vacunado, tres veces ya. E igual he padecido el virus, en dos oportunidades. La primera vez se trató del COVID convencional, por ahí en 2020. Fue una enfermedad rara, compleja y muy larga. Gracias a Dios no tuve complicaciones, más allá de perder dos de los sentidos que nos permiten saborear y olfatear la vida. La segunda, hace poco, con el omicrón. Gracias a Dios me salté Delta, al menos por los momentos. Omicrón fue una gripe conocida, que casi pasa de incógnito de no ser porque me hice la prueba para no contagiar. De hecho, este es el problema que tiene la misma: su poca detección.

Pareciendo, a todas luces, una gripe común, con un examen tan costoso y fastidioso de hacer, muchos optan por dejar pasar esta gripa sin confirmar si del virus se trata. Así era nuestra vida antes de la pandemia: tranquilidad ante la influenza común. Pese a que la OMS decretaba siempre que la misma se llevaba hasta 650.000 vidas al año.

La gripe mata, siempre lo ha hecho. Pero no era tan contagiosa ni peligrosa como el covid. El omicrón es el covid autodestruyéndose, dicen los expertos de sanidad. Esperemos que así sea para volver a aquel mundo maravilloso que teníamos y no apreciábamos. Las pequeñas cosas: respirar sin una barrera, tocar, abrazar, besar. Compartir sin miedo, salir y vivir tranquilos. No con el constante temor de un enemigo invisible que está constantemente al acecho. 

Espero que de esto al menos salgan cosas positivas, como la importancia de una buena higiene general. Nunca me había lavado tanto las manos ni tocado tan poco la cara. Al principio fue complejo, ahora lo adopté como norma general. Gracias a esto me habrá dado dos veces covid, pero en dos años no me he vuelto a resfriar por otro motivo. Antes, una gripe trimestral era la norma, lo que evidencia que el enfermarse es, en parte, una decisión personal.

Nota al pie: la tragedia de lo absurdo

La cocaína mata, puesto su preparación, de por sí, es peligrosa. Es una mezcla de la hoja de coca, legal en todo el mundo, junto a ciertos químicos que la hacen venenosa. Pero los viciosos abundan, pese a las terribles consecuencias que trae la misma. Basta con ver imágenes de cómo, su uso prolongado, te va perforando la boca, dejando incluso un hueco abierto en el paladar, como si de un ácido se tratara.

Pero esto parece no ser suficiente si la misma no te mata inmediatamente. En cambio las alarmas se disparan en Buenos Aires con 20 muertos por una cocaína “mezclada” y adulterada. “Envenenada” le llaman, como si la original fuese pura y sana. El gobierno de la provincia de Buenos Aires llamó a que las personas botaran la droga que han comprado en las últimas 24 horas. Es decir, entre el 2 y 3 de febrero. Cualquier compra anterior a esta es válida, puesto te mata a largo plazo, y no instantáneo. Es la tragedia de lo absurdo.

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