Caracas, 27 de noviembre de 2022

Tanto la tecnología como la ola democratizadora han traído una apertura política bastante peculiar. Las monarquías, por ejemplo, han tenido que aceptar la exposición a través de las redes sociales, la música, las películas y los documentales. Ahora, una serie de televisión paralela a un reinado vigente, no deja de ser un tema sensible para el Estado. Así ocurre con The Crown, de Netflix, que versa sobre la monarquía inglesa.

Las producciones y la crítica siempre tuvieron cuidado con la imagen de la reina Isabel II. La monarquía parece haberse sustentado en su única figura, haciendo novela de su entorno, pero dejándola a ella inmaculada. Esto generó que la crítica se enfocara en otros miembros de la realeza, dejando quieta a la figura de la Jefa del Estado. Pero las monarquías no se sustentan en un sólo individuo, todo lo contrario. Se tratan de dinastías que deben asegurarse su continuidad.

El problema es que a Carlos no se le cuidó tanto. Al contrario. Basta con ver cualquier producción para arrojarnos una impresión negativa del personaje. Y Carlos ya no es un Príncipe longevo, sino el Jefe del Estado, de quien depende la integridad del sistema político. Ese es el problema cuando series como The Crown son tomadas como referencias para juzgar. No se ven como  novelas, sino como realidad. 

La intención de estas producciones era humanizar a la familia real, acercándolas más a la gente común. Resultó así, en cierto sentido. Pero, ninguna humanización está ajena al drama, lo que dejó daños colaterales a ciertos miembros familiares. Así, el reinado de Carlos III comienza con un handicap, lo que hará que la última temporada de la serie tenga que revaluarse con cuidado para no generar más daño al Rey.

Salvar al Rey

Existe otra producción un poco más apegada a la realidad que se llama “Salvar al Rey”. Es de otra plataforma; HBO, y trata de otra monarquía europea; la española. La serie versa sobre la vida de don Juan Carlos I, y de cómo se emplearon todos los poderes y recursos del Estado para salvar a su monarquía. Eran otros tiempos y otra realidad. Y al mejor estilo de Louis XIV, salvar al Rey era salvar al Estado. El problema era que el enemigo del Rey era él mismo. Quien con torpezas, triquiñuelas y amoríos, iba dañando a la institución.

Las monarquías son figuras anacrónicas, lo que las hacen pender de un hilo. El Rey seguirá siendo la cabeza del Estado pero ya se ha demostrado que los ciudadanos pueden optar por otras formas de gobierno y funcionar. Cosa que muchas veces olvidan los monarcas.

Nota al pie: un problema de pigmentación

Vivimos en un mundo cambiante, en donde se estudia una carrera que, cinco años después, quizá no exista como profesión. En donde es más lucrativo grabar bailes en TikTok que salvar vidas en un quirófano. En donde los referentes se juzgan por su número de seguidores en las plataformas sociales y no por sus años de estudio y experticia en la materia. Hay pocas carreras que siguen siendo esenciales dentro de la estructura social. Siendo la medicina una.

Una encuesta revelada por Zety nos muestra que los médicos se encuentran dentro de las profesiones más respetadas con un 83% de aprobación. A diferencia de políticos, periodistas y abogados, cuya credibilidad viene superada incluso por la de los influencers. Ahora, en ciertos países no basta con ser médico para tener la confianza colectiva. Así es el caso de Enok Rodrigue Emvolo, que vive en Italia desde hace casi 20 años y es egresado de una universidad de dicho país. El “médico senegalés” (como le llaman, pese a ser de Camerún) viene siendo despreciado por los habitantes del pueblo en el cual trabaja por ser extranjero. Pese a hablar perfectamente bien el idioma, mejor que muchos italianos.

Realmente son una minoría los que lo discriminan, lo que no deja de hacerlo escandaloso. Y es que el racismo es así de irracional. Crítica a la migración bajo el pretexto de la pobreza, delincuencia e inseguridad. Pero cuando se pierden las excusas se revela que la realidad recae en el tema de la pigmentación.

@NelsonTRangel

nelsontrangel@gmail.com

www.netrangel.com