Caracas, 25 de diciembre de 2022
Sportwashing es un término utilizado para referir a regímenes autoritarios que buscan limpiar su cara a través del deporte. Históricamente ha habido muchos casos, como el de las olimpíadas nazis en el año 36. Pero hoy, casi un siglo después, seguimos viendo al deporte como herramienta para hacer política y para sanear gobiernos. El caso de Qatar es de los más descarados de los últimos tiempos, especulando las sumas grotescas que se pagaron para que el mundial de la FIFA fuese jugado en aquel país. El cual, por cierto, no tenía un sólo estadio, contaba con un clima hostil (lo que obligó a mover las fechas del campeonato) y tampoco poseía la infraestructura para albergar a tanto visitante. Sin embargo, el dinero todo lo puede.
Pero los tentáculos de la corrupción catarí pican y se extienden. No sólo tuvieron que bajarse con la Federación, sino con políticos de todo el orbe para que sirvieran de embajadores de su marca. La cara más reciente es la de la eurosocialista griega, Eva Kaili, que defendía la maravillosa idea del mundial en Qatar y que los vendía como garantes de los derechos laborales. Pese a que la organización de Derechos Humanos, Amnistía Internacional, ha dado la cifra de 15.021 muertos en la construcción de los estadios. Esta cifra es probablemente exagerada, aunque otros periódicos como The Guardian afirman que se trata de 6.751 trabajadores. Sea cual sea la misma, es seguro que no se trata de sólo 3 personas, como afirma el gobierno catarí.
En medio de la guerra de Ucrania y de los escándalos de corrupción, Europa se quiere vender como un bastión de libertad. Pero la libertad viene fácilmente corrompida por la diplomacia del euro (es decir, a quienes le gustan los euros) y el caso de Kaili es sólo la tapa del frasco.
Twittergate
Dentro de los escándalos por corrupción empresarial, Elon Musk está liderando la cartelera. Después de su adquisición de Twitter, se ha dedicado a publicar archivos privados sobre la toma de decisiones de la empresa. Todos, referentes al tema de la libertad de expresión. Twitter es una empresa privada, que juega en el ámbito público. Los mandatarios y las instituciones de los Estados se encargan de informar a través de ella. Todo en un espectro nuevo, globalizado y digital, que carece de legislación pertinente.
Dentro de los escándalos está la suspensión de la cuenta de Donald Trump, siendo Presidente en funciones. Según los archivos, la decisión de Twitter es que Trump no había roto las reglas de la comunidad, pero la presión por parte del Washington Post y de Michelle Obama fueron suficientes para sacarlo de la plataforma. Contrasta, a su vez, con otros líderes orientales que fomentan el odio y la violencia a través de su perfil, y ni la eliminación del tuit les viene como consecuencia.
La libertad de expresión y la igualdad de condiciones son ideales que vienen corrompidos por la práctica. Sea pública o privada.
Nota al pie: eso no es un trabajo familiar
Buscarse un segundo empleo no es algo inusual, así pensó Ilaria Rimoldi, modelo de Verona (Italia) que trabajaba hasta hace poco en Gardaland, un parque de diversiones similar a un Disney Italiano. Cobraba 1000 euros, lo que no le era suficiente dentro de las turbulencias actuales y los incrementos en la factura de la luz y el gas. Se buscó otro trabajo, Onlyfans, publicando fotos suyas, “no desnudas”, asegura. Este trabajo adicional le reportaba cinco mil euros. Bastó con que el Director del parque se enterara (sería bueno saber cómo) para despedirla: “esta es una estructura para familias y las fotos en Onlyfans no se adaptan a la imagen que quiere dar el parque”.
En Italia puedes hacer el uso que gustes de tu cuerpo. Incluso, la prostitución es legal y quienes la ejercen pagan impuestos por su actividad. Lo que al parecer resulta en una prohibición es ir en contra de la imagen del lugar para el cual trabajas. Es decir, tus actos privados no pueden ser asociados a la empresa para la cual le prestas servicio. Montar una foto en ropa interior al parecer entra siempre en este espectro; sea cual sea el trabajo.
@NelsonTRangel
Nelsontrangel@gmail.com