Caracas, 1 de enero de 2023

Un año y un día no es mucho tiempo, salvo que lo contemos en tiempos de pandemia. Basta con leer un artículo del 2 de enero de 2022 para sentirnos transportados a otra realidad ajena a nosotros. Una realidad distópica que nos remonta a cualquier sitio, que no creemos que hayamos vivido. Estas fueron las primeras navidades en varias en donde la mascarilla no fue la protagonista. Los gorros navideños decoraron las cabezas y las sonrisas de todos se pudieron apreciar no sólo en la mirada. Este 2022 terminó con tranquilidad de sosiego, al menos respecto a un virus. Y basta con recordar como lo cerramos el año pasado para aprender a apreciar la normalidad. Me permito servirles de memoria y remontarnos al 2 de enero del año pasado.

“El año acabó, otro que estuvo signado por la pandemia. Ya van dos navidades con COVID-19 en occidente; o tres, pese a que en 2019 no éramos conscientes de ello. Dos navidades y varias variantes más tarde, el virus sigue siendo la principal preocupación en el mundo. En segundo plano quedó el tema ambiental y la globalización, el virus sigue siendo lo que más angustia. Ya la OPS lo anunció en septiembre del año pasado: ‘la pandemia ha exacerbado los factores de riesgo asociados a las conductas suicidas’.

El hombre de hoy, que está acostumbrado a una vida acelerada, pensaba que el virus pronto acabaría. Cuando las pandemias suelen durar años, y llevarse de por medio a millones de almas. Las cifras que daremos son oficiales, por lo que hay que considerar que, las reales, sean probablemente 10 veces más. Sin embargo, entre el encubrimiento de algunos gobiernos y la incapacidad de otros en el detectar la enfermedad, es imposible saber con certeza la cifra real.

El COVID-19 ha contagiado a casi 280 millones de personas y ha matado a circa 5 millones y medio. Sigue teniendo una tasa de letalidad del 2%, pese a que su propagación y contagio es altísima. Se ha difundido por todo el planeta, menos en ciertos microestados del Pacífico, como Kiribati. De vacunas, tenemos muchas. Todas ya desarrollando una tercera dosis o un “booster” -refuerzo-, para combatir a las variantes. Y de éstas últimas descubrimos cada tanto una nueva. Ya que el virus no quiere dejarse vencer y, cuando parece que estamos a punto de ganar, se reinventa en una nueva forma.

A finales de 2020 Gallup Internacional y Voices! hicieron una encuesta en donde 4 de 10 personas se mostraban optimistas de cara al 2021, y agregaban lo siguiente: ‘el 2020 será recordado como el año de la pandemia y la cuarentena’. Pues el 2021 fue similar, pero mejor: la vacunación se hizo universal, lo que permitió que las medidas contra el virus se relajaran un poco. Las cuarentenas han sido recurrentes, pero en menor medida y por menos tiempo. Los viajes se han reactivado y el turismo ha cogido aire, luego de un 2020 fatal para la industria. Hay avances, mejorías, lo sabemos como población. Ahora entramos el 2022 con el mismo optimismo del año pasado, viendo en retrospectiva que algo hemos avanzado”.

Cierro comillas y regreso al 2023, al año que comienza hoy y que vemos tan distante de aquel descrito en los párrafos anteriores. Un año que trae nuevas preocupaciones y que parece dejar en el olvido las anteriores. La pandemia ya no existe y la guerra ha tomado su lugar. El enemigo dejó de ser invisible volviendo a ser nosotros mismos. Sea como sea, es una situación que bien conocemos y, paradójicamente, no nos da tanta ansiedad. El hombre es definitivamente su propio enemigo histórico. Y nos sentimos cómodos viviendo con esta realidad. 

Nota al pie: Caso 63

Vuelvo a recomendar un podcast que poco atrás sacó su última temporada: Caso 63. Se trata de una serie original de Spotify que narra un mundo hipotético, ficticio, en donde una pandemia azota a la humanidad. Sin ánimos de hacer spoiler, comento que el podcast también evalúa el escenario del no virus. Según la hipótesis el mundo no-pandémico fue aún más caótico, puesto el deterioro ambiental se acentúo y el planeta sufrió irreparablemente. 

Menos mal y es sólo ficción y poco se parece a nuestra realidad.

@NelsonTRangel

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