Domingo 5 de marzo de 2023
Parte de lo hermoso de leer las noticias, es cuando sorprenden. Sean situaciones individuales o colectivas, ciertas historias nos recuerdan que el mundo es de carne y hueso y las esferas están constituidas por la sociedad. Que a su vez está constituida por personas. Así, mencionamos las cuatro más extraordinarias leídas durante el mes de febrero. A criterio del presente lector.
Un tren muy grande
Invertir en la infraestructura vial es siempre una razón de Estado. Los países desarrollados se jactan de tener una red ferroviaria eficaz que interconecta el territorio. El caso venezolano es todo lo opuesto. Desplazado por el automóvil, el tren como alternativa de movilidad quedó completamente en desuso. Y pocos han sido los intentos por revivirlo. Quedando los más recientes como ruinas arqueológicas de algo que pudo ser.
España tiene una red ferroviaria de más de catorce mil kilómetros, la cual, además, es la primera de la UE en calidad y la cuarta a nivel mundial. Pese a ello, las metidas de pata suceden, y ciertos errores de cálculo pueden salir muy caros. Así ocurrió en Asturias, en donde fueron comprados varios trenes por un precio de 260 millones de Euros que no entraron por los túneles creados. El bochorno hizo que la mismísima Ministra de Transporte tuviera que renunciar. Cosas realmente inéditas.
Una carta a destiempo
Imagínense encontrarse en el frente de la Gran Guerra, por allá en 1916. Con la incertidumbre del retorno, se pretende enviar una carta a la pareja. Quizá la última. “Mi querida Katie”, empieza el texto. El cual viene cerrado y estampado con la imagen del rey Jorge V de Inglaterra. Su desino es Norwood, al norte de Londres.
El detalle es que la carta llegó 105 años más tarde, a la misma dirección. Ya no había una “Katie” viviendo en el apartamento, lo que suscitó la curiosidad del propietario de la casa y abrió la carta. Lo que sería un delito, sirvió para una historia de la BBC. Demostrando que el Royal Mail puede sufrir retrasos, pero siempre llega a su destino.
Paranoia anticonceptiva
El problema con los dogmas es que no aceptan razonamientos contrarios. Así lo demostraron una vez más los talibanes, prohibiendo la venta de anticonceptivos en dos ciudades de Afganistán. Imagínense la locura: el argumento es que se trata de una conspiración occidental para controlar la población musulmán. Ignorando no sólo los problemas de densidad, sino todas las enfermedades de transmisión sexual. Este es un claro ejemplo de cuando el dogma se transforma en esquizofrenia.
Visita exprés
A un año de la guerra, la visita del Presidente de los Estados Unidos era la que se esperaba en Kiev. Mientras Putin daba su memoria y cuenta puritano al Parlamento, Biden se paseaba frente a la Catedral de Santa Sofía. El mensaje de Putin valió para reafirmar los valores tradicionales y conservadores rusos. E ir en contra de los derechos de la comunidad LGBTI. De hecho, criticó a la Iglesia anglicana y su supuesta pretensión de darle un género neutro a Dios. Dios es hombre, blanco y probablemente eslavo oriental para Putin.
Por su parte, la visita de Biden se vio como una gran victoria. Pese a que no se escatimaron en medidas de seguridad, llegando incluso a advertir a Rusia del viaje. Llegó desde Polonia en tren, viaje que duró 10 horas de ida y 10 de regreso. En Kiev estuvo sólo cuatro, lo que le bastó para tomar buenas fotografías, subir el ánimo de los ucranianos y molestar a los rusos.
La guerra está llena de provocaciones, lo que tensan cada vez más el delicado hilo de las relaciones internacionales. La diplomacia es la primera línea de defensa de un país y la Unión Soviética sobrevivió sin un encuentro “en caliente” con los Estados Unidos. Espero que el ejemplo del pasado siga imperando.
@NelsonTRangel
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